Una completa desconocida, la espirulina, ha entrado con fuerza en los menús y dietas de los amantes del mundo ‘healthy’ más vanguardistas.

Lo curioso es que la primera referencia a este producto en España apareció en los quioscos en 1969, en la revista ‘El Correo de la Unesco’. En ella se hablaba del descubrimiento de que ciertos pueblos del Chad “consumían un alga azul, la espirulina” y que lo hacían por su enorme aporte de proteínas, “tres veces superior a la carne de buey”.

El producto no logró calar, no obstante, en el mercado ni en el público, y hubo que esperar 50 años para que volviese a nosotros.

¿Qué es la Espirulina?

espirulina qué es

En contra de la creencia popular, la espirulina no es un alga.

Es una bacteria.

En concreto, es una cianobacteria, es decir, un organismo capaz de realizar la fotosíntesis.

Pero es difícil luchar contra la costumbre: durante décadas se la ha incluido dentro de las llamadas ‘algas verdiazules’, e incluso algunas organizaciones oficiales, como la OMS o la Unesco, se refieren a ella de este modo. Al igual que sus aterradoras primas ‘comecarne’, estos microorganismos pueden ser cultivados por el ser humano.

Para crecer necesitan pequeños charcos, entornos salinos y suelos alcalinos, características que dificultan el cultivo y crecimiento de cualquier vegetal.

Esto propicia que en zonas del planeta donde se cumplen estas características se críe esta bacteria para satisfacer las necesidades alimenticias de la población.

Es el caso del lago Kossorom en Chad, en el que se adoptó este cultivo a principios de los años sesenta. Además de su resistencia a las malas condiciones del medio, otra ventaja de la espirulina es que es muy barata de producir (mucho más que un cereal), ya que una hectárea de cultivo genera una mayor cantidad de proteínas que la misma área dedicada a la ganadería bovina.

Su valor nutricional es una de las principales causas de su reciente éxito. La OMS emitió un comunicado en 1993 sobre la revolución que podía suponer para determinadas zonas del planeta con suelos infértiles y graves problemas de desnutrición: “Para la OMS, la espirulina es interesante por una variedad de razones, como ser rica en hierro y proteínas. Además, se puede administrar sin riesgo a niños. Nosotros en la OMS la consideramos una comida muy adecuada”.

La nueva imprescindible

Pero nos llega con promesas de salud: es un imprescindible de las dietas ‘healthy’. El mundo de la alimentación lo sabe, y lo aprovecha lanzando al mercado nuevas gamas de bebidas que contienen espirulina, y chefs ‘green’ la utilizan para dar un nuevo sabor y color a sus platos.

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